EL CRONISTA BLAS VALERA Y SU APORTE A LA IDENTIDAD


EL CRONISTA BLAS VALERA Y SU APORTE A LA IDENTIDAD

                                                                                                               Por:  Peter Lerche       

Hasta hace pocos años no sabíamos mucho acerca de la vida y obra de Blas Valera. 

 Su existencia como historiador y cronista se manifestó únicamente por intermedio de los “Comentarios Reales” del Inca Garcilaso de la Vega, quien no solo le cita en innumerables oportunidades, sino también expresa  su profundo respecto frente a él como destacada autoridad  en lo que son historia y cultura andinas.       Se sabía que era hijo del encomendero chachapoyano Luis, o según Garcilaso Alonso Valera y de la indígena Francisca Pérez;   que estudió arte y latín en Trujillo, y en 1568,  ingresó en la Compañía de Jesús.   Escribió muchas obras.     Por un presunto asunto de faldas fue enviado a España en 1596.    Durante un ataque inglés a la ciudad de Cádiz se pierde la mayoría de sus escritos; de los cuales pocos fueron salvados y llegaron a las manos de Garcilaso que hizo uso exhaustivo de sus contenidos.     Según la documentación encontrada en Toledo, Valera se murió un dos de abril 1597 en la ciudad de Málaga.   Entre  historiadores Blas Valera es reconocido como el primer historiador del Perú, pero,  no se ha conservado ninguna obra de él.   Por esta razón su sobrenombre es: El Cronista Fantasma.  

En 1893, el historiador español Jiménez de la Espada publica “Las Costumbres Antiguas del Perú”, obra que generalmente fue atribuida a Blas Valera.  Investigadores posteriores presentaron pruebas que “las Costumbres Antiguas del Perú” no era del mismo Blas, pero sí es obra jesuítica, producto de la escuela valerana de la misma época.   Huellas provenientes del entorno de Valera se encuentran no solo en las obras de los cronistas Giovanni Anello Oliva, S.J. y de Fray Buenaventura de Salinas y Cordova, sino fundamentalmente en la obra de Fernando de Montesinos.

A partir del año 1996, se descubre una serie de documentos en archivos privados y públicos en Italia y España.  Esta documentación nos revela muchísimos detalles más no sólo acerca de la vida de Blas Valera, sino también revolucionó nuestra tradicional visión de la historia andina, hecho que causó una polémica protesta dentro de la comunidad internacional de los investigadores.

Se trata principalmente de dos documentos secretos jesuíticos del siglo XVII, encontrados en un archivo privado en la ciudad de Nápoles. El más antiguo es el “Exsul Immeritus Blas Valera Populo Suo”(=EI), redactado por el mismo Blas Valera en 1619, después de su muerte oficial.                      El segundo, siendo de varios autores, es posterior y lleva el título “Historia et Rudimenta Linguae Piruanorum”(=HR).  

Según estos documentos, Valera había nacido un tres de febrero 1545 en Levanto, lugar de la segunda fundación de la ciudad de Chachapoyas. Sus padres eran el Conquistador Alonso Valera y su madre la indígena Urpai.  Su abuelo materno, el hampicamayoc (curandero) Illahuanca jugó un rol central en su juventud.

Cuando Blas tenía 13 años su padre asesina a su madre en su presencia.  A partir de entonces, él se crió en el hogar de su tío Luis Valera.      La familia Valera tenía su origen en el pueblo español de Aracena (Huelva).         Conjuntamente con otros mestizos chachapoyanos, como Pedro de Añazco y Gonzalo Ruiz, Blas entra a la Compañía de Jesús, orden que había llegado poco antes al Perú (Abril 1568).

Entre 1572 y 1577 Blas Valera se encuentra en el Cuzco, donde mantiene contactos intensos con los sobrevivientes de la élite incaica, organizados en la cofradía “Nombre de Jesús”.

 En el Cuzco, Blas “el mestizo que se sentía indio” comienza, motivado por los pensamientos de Ignacio de Loyola, a organizar y dirigir un movimiento neo-inca-cristiano.

Por sus críticas abiertas frente a los abusos cometidos por el régimen colonial hispano, a partir del 1578, los Jesuitas fueron amenazados de expulsión del Virreinato peruano.   A raíz de la creciente tensión, el General de la Orden jesuítica en Roma, Claudio Aquaviva, ordena la prohibición del ingreso de mestizos a dicha orden, considerándoles como mayor  peligro para la sobrevivencia de la Compañía en el Virreinato del Perú.    Los escritos de Valera que se basaban en la lectura de los quipu, que el “leía con gran facilidad”,  se encontraban en grave contradicción a la versión oficial hispano-colonial de la historia andina.  Como todo manuscrito por publicar, también los trabajos de Valera fueron sometidos a la estricta censura y consecuentemente prohibidos.

Bajo el pretexto de asuntos de faldas: “se juzga que conviene despedir al Padre Blas Valera; tome por ocasión lo que hizo con la mujer y le despida; y si no, que le tenga ecetera”, Blas fue encarcelado durante diez años con el fin de romper su espíritu de rebeldía.    Durante este encarcelamiento Blas se enfermó y fue enviado a España.     A consecuencia del ataque inglés a la ciudad de Cádiz, Valera logra salvar sólo una parte de sus trabajos y la entrega a Garcilaso para su publicación.

En 1597, en la ciudad de Málaga, la superioridad jesuítica le propone lo siguiente: Expulsión de la Orden, o muerte jurídica.   Blas escoge la “muerte”: “Yo padre Blas Valera muerto ficticiamente por orden de quien prefirió la mentira a la verdad, de quien con acusaciones no merecidas llegó casi a expulsarme de la Compañía de Jesús…”.     Poco después, el Padre Blas se escapa, vuelve al Perú y vive durante 19 años en la clandestinidad, apoyado por algunos cofrades jesuíticos, principalmente paisanos, como el Padre Gonzalo Ruiz.

Según los dos documentos jesuíticos, el EI y HR, durante estos años en Perú, Blas y su entorno de confianza redactan la voluminosa obra “Nueva Corónica y Buen Gobierno”.  Como Valera, siendo oficialmente muerto, no podía figurar como autor, buscó a Felipe Huamán Poma de Ayala como presunto autor.   Como prueba de ello Valera adjunta a la documentación del EI el contrato entre el grupo de jesuitas y Huamán Poma.      Además da muestra de diferentes huellas que ha dejado dentro de la obra de la” Nueva Corónica y Buen Gobierno”, indicando como prueba su paternidad literaria.

Probablemente en 1618 el vuelve a España, donde redacta el EI. Sus últimas palabras en este, prácticamente su testamento, acordándose de su tierra natal, son: “Aquel que, o pueblo del Tahuantinsuyu, hará de manera que estas memorias mías lleguen hasta ti – quién sabe cuándo, no puedo decirlo; quiera Dios hacer que estos papeles sean hechos manifiestos, aún en el oculto viaje que harán, sin sembrar discordia alguna. Pero de ello tengo mis dudas. Son dos, pues, los crímenes: el oro y el veneno.  Parachinam veque payllamanta urman (las lágrimas caen como lluvia por si solas)”.

La publicación de los dos documentos jesuíticos, el EI y la HR han causado gran controversia en el ámbito académico internacional. Había y hay acusaciones de fraude y falsificación.   Como prueba de su antigüedad, los materiales como papel, cera, tinta, textiles fueron sometidos a una investigación de laboratorio con el resultado de confirmación positiva.

Durante un Congreso Internacional en la ciudad de Roma, donde se discutía la documentación en cuestión, todo argumento en contra de los contenidos de los documentos fue invalidado.

-         En EI está incluido un documento del conquistador Francisco de Chávez (año 1533) donde él se dirige al Emperador Carlos V, acusando a Francisco Pizarro y tres sacerdotes por ser autores del envenenamiento del Estado Mayor del ejército incaico en Cajamarca.

-         La obra “Nueva Corónica y Buen Gobierno” fue escrita por varias personas

Una investigadora norteamericana encontró en España documentación confirmando que el “crimen” de Valera no era un asunto de faldas, sino el fue castigado por herejía.

Qué  importancia tiene el hallazgo de la documentación valerana en el proceso de recuperación de identidad nacional?

-         La historia del Perú prehispánico/colonial fue escrita por los vencedores y no por los vencidos.  El único contrapeso frente a la historiografía oficial distorsionada consiste en la documentación redactada por Valera.

-         Recuperación de la dignidad nacional por la aclaración de la verdad de los sucesos en Cajamarca.

-         Revalorización de la cultura andina por intermedio de los Capac Quipu, quipu-literarios, sí han existido. Prueba de ello son recientes hallazgos en Pachacamac.

La visión valerana de crear una reducción jesuítica incaica, denominada “Paititi” tiene posible fundamento.   Recientes hallazgos arqueológicos en la zona de los ríos Beni y Madre de Dios puedan ser idénticos con el “Paititi” de Valera.

1 comentario:

  1. Excepcional documneto expuesto por Peter Lerche en el Primer Encuentro Binacional de Docentes por la Identidad y la Cultura del Alto Marañón, realizado en la ciudad de Jaén en junio del 2011, con ocasión de su 190 aniversario.

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